miércoles, 28 de septiembre de 2016

Día del Director 28 de Septiembre

Existen personas maravillosas, que te conducen a otras personas maravillosas. Hacen el bien sin siquiera darse cuenta. Contagian energía positiva sin proponérselo, simplemente les sale. Sonríen y derraman tranquilidades, estimulan las almas ajenas. Podemos reconocerlos enseguida, son los que no caminan apurados pero nunca llegan tarde. Son los que cuando hablan dicen cosas que te hacen pensar. Son los que ayudan sin esperar nada a cambio. Los que perciben lo que carga el otro como si fuese propio. Los que no se ocupan de otra cosa que no sea ser ellos mismos. Saben ver y observar al mismo tiempo, se detienen ante los detalles y en lo simple ven lo  inmenso. Hay personas maravillosas cerca nuestro. Son seres que solo tienen luz adentro. Que saben que tan bien pueden hacerte con un simple gesto. Una de esas personas es Ivana Dietrich y aunque el título le quede chico, es mi directora. Pero lo que en verdad significa para todos sus alumnos no entra en palabras.

Al estar en sexto año el tiempo para responder a la pregunta de qué queres ser cuando seas grande se va perdiendo, y las dudas van aumentando cada vez más. Estoy a pocos meses de terminar la mejor época de mi vida y puedo decir que cuando sea grande quiero ser como mi directora, con el alma tan tranquila y la energía equilibrada. En el mundo hay muchos modelos a seguir, que lindo poder decir que yo veo al mío todos los días. Y es increíble a los lugares que te puede conducir con solo palabras. Es admirable la paz que transmite, la espontaneidad con que es, y lo mucho que podes aprender de ella en tan poco.

Ivana, gracias por convencerme cada día de que no hay nada mejor que tenerte como directora. Es difícil describirte, porque no puedo ser objetiva y me cuesta separar lo que sos de lo que te quiero. Pero se que convertiste a la Agro en el único lugar en el que soy yo misma. Gracias por darme la seguridad que necesito para enfrentarme al mundo, por ayudarme a quererme y respetarme como soy, por darme seguridad y alejar cualquier miedo con solo tenerte cerca.

Gracias por la paciencia infinita y esos abrazos que siempre nos vuelven a armar. Te deseamos con el corazón la felicidad eterna y los bellos milagros que te mereces.

“Que quizás se puede estar mejor lejos, muy lejos.
Pero que me prefiero acá, donde siento, donde estás.”

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