sábado, 8 de septiembre de 2012


"El Oro de Tomás Vargas", Isabel Allende.

Tomás era avaro, pordiosero, bebedor, sin decencia y por sobre todo mujeriego, pero no tanto como lo presumía. Entre él, sus dos hijos educados por piedad de la maestra y una mujer golpeada que no perdía el orgullo se desarrolla esta historia que en partes se torna aburrida, con descripciones poco relevantes acerca de cómo Tomás había conservado sus ahorros a lo largo del tiempo.
Con personajes interesantes y situaciones más entretenidas cerca de la mitad de la obra, se incorpora un nuevo personaje llamado Concha Díaz que, llorando desconsoladamente, da cuenta al dueño del almacén que estaba embarazada y venía en busca del padre.
Riad Harabí, un buen hombre que era el único escuchado por Tomás, es un personaje muy interesante, con pocas intervenciones pero muy importantes. Él fue quien logró que aquel hombre pendenciero aceptara a Concha en su casa, lo que produjo el gran enojo y resentimiento de Antonia, quien debía convivir con esta mujer que iba a tener un hijo de su marido.
Esta parte de la historia está muy bien descrita, con adjetivos apropiados y oportunos; motiva al lector a continuar con la lectura.
Riad Vargas nació cuando la historia comenzaba un nuevo camino que resulta inesperado para el lector.
Isabel Allende, esta tan criticada pero magnífica escritora de libros juveniles, sabe como desarrollar esos finales inesperados que sólo resultan comprensibles y cerrados para aquellos que se compenetran realmente con la historia.




La escritora chilena, Isabel Allende no escribe intentando dejar un mensaje, sino que narra distintos sucesos dentro de una historia, que esta vez titulada "La mujer del Juez", uno de los pocos cuentos que hizo Allende, perteneciente a "Cuentos de Eva Luna".
Nicolás Vidal tenía su destino marcado: sabía que perdería la vida por una mujer. Eso lo llevó a volverse despiadado y violento, un fugitivo de la ley y próxima "presa" del Juez Hidalgo.
Las primeras tres páginas son presentaciones (que, por cierto, están muy bien redactadas) de los personajes, tienen características que influyen en la historia y su presentación no se torna aburrida.
Cansado de los delitos  cometidos por Nicolás Vidal, el juez le tendió una trampa usando como cebo a la madre de Vidal: una prostituta pobre y descuidada. Al principio pareciera que la historia se empobrecía porque la trampa no le resultaba pero todo dio un giro que la autora bien supo llevar, cuando la mujer pudo salir de la trampa pero se suicidó por la vergüenza que le causaba su hijo.
Así fue que el relato se tornó aún más interesante logrando un desenlace que puede requerir una releída del cuento para lograr comprenderlo. 
Todo en manos de la criticada Isabel Allende que a pesar de eso, sigue siendo adorada por sus lectores.
Es un cuento interesante, no muy extenso y solo en el principio es donde se encuentran demasiados detalles, algo innecesarios. Recomendable a partir de los 15 años.
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