Isabel Allende cautiva con "El cuaderno de Maya"
La célebre autora regresa con una historia contemporánea
El nuevo libro de Isabel Allende es
esperado ansiosamente por sus lectores. Su más reciente novela, "El
cuaderno de Maya", no es la excepción. La protagonista es Maya, una
adolescente norteamericana de 19 años perdida en drogas y alcohol. Su mundo se
trastorna cuando muere su abuelo. Los hilos centrales de la novela se mueven
entre Estados Unidos y la isla de Chiloé, en el sur de Chile, la tierra de su
abuela. Maya llega en busca de refugio y descubre un secreto familiar. Con este
nuevo opus Isabel Allende se aleja del pasado para contar una historia actual y
vigente. Elegida por la revista Forbes como una de las diez escritoras más
influyentes del mundo, Allende no se duerme en los laureles y continua enfocada
en el trabajo y en su fundación a favor de las niñas y mujeres.
¿Cómo nace "El cuaderno de Maya"?
Es una novela muy distinta a lo que
había escrito recientemente. Había estado bastante dedicada a la novela
histórica, había escrito memorias. Un día mis nietos me dijeron ¿cuándo vas a
escribir algo que nos interese a nosotros? Entonces, empezamos a conversar de
la posibilidad de una novela joven, contemporánea, con suspenso. La vida que
ellos llevan. Pero no es una novela destinada a la juventud. Es una novela para
adultos, tiene mucha violencia, sexo, drogas...No creo que los colegios la
vayan a recomendar y los padres tampoco. (Risas)
Pero hay mucho de la vida actual de los jóvenes...
Sí. Hay mucho de la vida actual de los
jóvenes y toda la parte de las drogas salió de la experiencia terrible que
hemos tenido con Willie (Willie Gordon, escritor y esposo de la autora) con sus
hijos biológicos que son adictos. El mayor ya tiene 47 años y no ha podido
hacer nada con su destino. La del medio murió a los 28 años perdida en drogas,
y el menor que estuvo muchos años usando heroína ahora está sano limpio,
contento, trabajando. Es el único que se salvó. Entonces, a mí me ha tocado ver
desde cerca todo el proceso de las drogas, desde los inicios, la calle, la
rehabilitación, la cárcel, la muerte, y los muy pocos que se salvan.
¿Viajó especialmente a Chiloé?
Había estado antes muchas veces porque
es un lugar fascinante, tengo amigos que viven ahí. Pero para la novela fui
especialmente porque necesitaba encontrar la isla, no está mencionado el nombre
de la isla, pero quería estar segura de que existía un lugar así. Recorrí todo
Chiloé con un guía aprendiendo más a fondo sobre la historia, las misiones de
los jesuitas, las iglesias. Todo eso. Este viaje me sirvió mucho porque
encontré la isla que buscaba y me sirvió también para ver con más detalle la
comida, las costumbres, la mitología. ¿Cómo es Chiloé? Chiloé está bien al sur
de Chile. La mitología allí es inevitable, aunque nadie lo admite que cree en
brujos. Hay encantamiento, está toda la cultura de las plantas para sanar. La
mitología chilota está muy presente, y es muy distinta a cualquier otra que yo
conozca. Primero que nada es bastante horrorosa, muy cruel y muy terrible, y
hay muy pocos personajes que se salvan. Es única en el mundo, no sé de dónde
salió. A mí me fascinó desde el principio.
Dice Maya que a la abuela Nini le gusta la India. ¿A
ud. le atrae ese país?
Me atrae mucho la India, he estado un
par de veces, pero no puedo decir que yo sea una experta en el tema ni mucho
menos. Me atrae más lo que tiene que ver con mis raíces, lo que tiene que ver
con la mitología latinoamericana, no solo de Chile. Por ejemplo, lo usé todo
eso en una trilogía que escribí para jóvenes y el primer libro que se llama
"La ciudad de las bestias" . Ahí está todo sobre la mitología del
Amazonas, de los indios. Eso como que me toca más en lo personal, que tiene que
ver conmigo, a pesar que la India es fascinante y es tan diverso todo lo que
hay.
¿Sigue Ud. las señales de la intuición?
Mira...vivo muy abierta porque en mi
vida y en mi trabajo siento que hay muchas dimensiones de la realidad. Todo
esto que nosotros vemos, lo que creemos que es la vida es mucho más complejo. Y
hay muchas dimensiones y trato de estar abiertas a todas. Es como si escribo
por ejemplo una novela como "La isla bajo el mar", investigo a fondo
toda la parte histórica, la geografía, la cultura, todo eso, pero no puedo
dejar de lado el aspecto espiritual del vudú, porque nos explica el triunfo de
la revuelta de los esclavos y el coraje sobrehumano de esa gente sin el
componente espiritual que los unía y les daba fuerza.
"De la misma manera no puedo
describir Chiloé dejando al margen esa parte espiritual. La gente que no
comparte esas creencias lo llama superstición, pero superstición es todo lo que
los demás creen. Lo que uno cree se llama religión. Yo estoy abierta a todo. Y
en mi propia vida me fijo mucho en los sueños porque me dicen cosas, es como
que cuando duermo puedo entrar al subconsciente y descubrir o traer hacia a la
consciencia cosas que están ahí enterradas y que en el día a día, en el ruido,
uno no lo ve. Luego sigo mi propia intuición".
¿Qué está leyendo actualmente?
"La conquistadora" de Esmeralda Santiago. La
recomiendo.
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